14 de octubre de 1984 me encuentro varado en una isla desierta, no siento mis piernas y mis brazos se encuentran con mis huesos destrozados. Solo puedo mover la mirada de un lado a otro. Veo cuerpos muertos, cuerpos que antes eran sucios piratas. El sol brilla en mi barba manchada de sangre y baba, y recuerdo una frase que me dijo un viejo borracho ahogado en un charco de vomito “antes de morir verás tu vida pasar delante de tus ojos” tal vez el solo vio botellas y cantinas, pero en mi cabeza solo veo un teatro de sombras, solo vienen a mi sombras tenues sin figuras humanas. Intento humectar mi garganta para poder hablar conmigo y darme palabras de consuelo, algo raspa mi garganta, eran un par de dientes que se desprendieron de mis encías que me dejaron mudo y asqueado. Cierro mis ojos y un par de lágrimas humectan mis mejillas, las aves dejaron de cantar; silencio total.